martes, 10 de julio de 2012

Ciudadano Murdoch

Foto: Reuters
Hace un año, el periódico News of the World de Gran Bretaña dejó de emitirse luego de que estallara un escándalo por espionaje telefónico que afectó a miembros del Parlamento, la realeza, celebridades, veteranos del 9/11 y víctimas de secuestros. A partir de entonces, el nombre del magnate Rupert Murdoch, cabeza de News Corporation, comenzó a resonar en el mundo como sinónimo de un periodismo falto de ética, que utiliza a los medios para influir en la sociedad, en la política y en contra de su competencia.

La historia es similar a la de William Randolph Hearst, un pionero del periodismo amarillo, que utilizó su posición de poder para influir en la política estadounidense y hacer crecer su propio imperio. En 1914 y basado en su vida, el cineasta Orson Welles creó al protagonista de su aclamada película Ciudadano Kane.

Murdoch vendría a ser una especie de Kane moderno, pero su historia tiene aristas que ni siquiera Welles hubiera imaginado. Desde el cierre de News of the World, más de treinta periodistas fueron presos. A ellos se les sumaron policías, agentes y burócratas del gobierno inglés involucrados en hackeos teléfonicos y robo de información. Ante las acusaciones en su contra, Murdoch sólo se desentiende o brinda argumentaciones lastimosas. “Trabajé muy duro para ser un ejemplo de ética”, fue una de sus primeras declaraciones luego del escándalo.