jueves, 2 de febrero de 2012

La historia del apogeo y caída de la industria nacional, en una sola foto

Fábrica de heladeras Siam - archivo de La Nación
La foto que refleja el esplendor, pero también el ocaso de la industria argentina, forma parte del archivo de La Nación, y fue expuesta en el Centro Cultural Recoleta como parte de la exhibición Argentina 1848-2010, imágenes e historias. Lo que se ve es a un grupo de trabajadores de la desaparecida empresa de inversión nacional Siam Di Tella, en 1950, época de mayor éxito de la companía. Lo que vino después de ese año fue el comienzo de un período de inflación y estancamiento económico para el país, que terminó con el quiebre y cierre de la empresa.
El caso de la fábrica de heladeras SIAM es un ejemplo de lo que pudo haber sido una de las industrias más desarrolladas de América Latina, pero que por falta de un Estado desarrollista hoy es sólo una frustración nacional.
La empresa había sido fundada en 1911 por Torcuato Di Tella, un inmigrante italiano que alcanzó el éxito luego de fabricar una nueva versión de máquina amasadora de pan, con detalles mejorados. En un principio la companía se dedicó a la producción de maquinarias de panificación y elaboración de pastas, luego el empresario consiguió un acuerdo con YPF, que le facilitó la colocación de bombas de extracción de petróleo. Tener el control de varios oleoductos y surtidores de combustibles posicionó a SIAM como una de las industrias más importantes del país. Pero no pasó mucho tiempo hasta que la empresa se vio obligada a reinventarse, porque el golpe militar de 1930 había rescindido el contrato con YPF.
Di Tella entonces debió encontrar un nuevo hueco en el mercado y se dedicó a la fabricación de maquinaria industrial y de electrodomésticos, lo que también significó la contratación de más de 10.000 obreros. Quizás su producto más recordado es la heladera SIAM. El auge de su empresa, gracias a los precios accesibles que se acomodaban a la época post crisis del 30, lo impulsaron a incursionar en la producción de vehículos. Fue en ese tiempo también cuando entabló una buena relación con el gobierno de Juan Domingo Perón, incluso le regaló una cantidad importante de las motonetas que fabricaba.
En 1948, cuando falleció Di Tella, la empresa comenzó a tener problemas concernientes a su gestión. Pero el verdadero principio del fin comenzó para SIAM en 1970, cuando el endeudamiento con el Estado se hizo demasiado grande: debía plata por impuestos no pagados, y dinero de un préstamo que había recibido del Banco Nacional de Desarrollo. La decisión que tomó el gobierno fue simplemente librarse de la fábrica, entonces Martínes de Hoz, el por ese entonces ministro de Economía, ordenó su desmembramiento para poder venderla. 
SIAM resistió a duras penas hasta la llegada del gobierno democrático, pero ya estaba muy deteriorada y jamás pudo remontar a los niveles de esplendor que alguna vez había tenido. No pudo competir en el mercado y, eventualmente, todas sus plantas fueron cerradas y loteadas. De esa manera desapareció uno de los mayores activos industriales que alguna vez tuvo el país. 

Por Maximiliano Vilca  Abril 2011

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